MORS JANUA VITAE

La muerte no es más que una de las tantas puertas que atravezamos en la vida

miércoles, 6 de enero de 2010

El Ritmo del Idioma

La palabra hablada es, básicamente, música. Cada idioma tiene su propio ritmo, su cadencia particular. Oír un idioma es dejarse llevar por la musicalidad de cada pueblo.

Uno de los componentes fundamentales de la diversidad cultural centroamericana es la multiplicidad de idiomas que se hablan en el istmo. Fuera de nuestras fronteras (y dolorosamente, dentro de ellas) hay muchas personas que piensan que en estas tierras solamente se habla español. Pero, nuestros pueblos cantan con muchos acentos y direntes idiomas.

Para enfatizar este hecho, se planea utilizar cuatro diferentes lenguas en Canciones para dejar de llorar:

El cuerpo principal del texto. Redactado en español, como lengua común de las diferentes tradiciones y vehículo principal de comunicación con el público potencial que vería una puesta en escena de la obra. Así, la mayoría del texto estará en español; pero no exclusimavente en la maravillosa lengua de cervantes.

Himnos y cantos. Se conservarán los idiomas tradicionales en los que fueron escritos, a saber: lengua bribrí, inglés criollo y latín. Con ello, se busca rescatar la forma original en que se daban estos rituales.

El idioma es parte de la musicalidad particular de estos rituales, y por tanto, de su manifestación particular de lo divino. Cada uno de ellos tiene melodías singulares, un ritmo de desarrollo y de expresión propios. Se desea traducir, en términos de texto dramático, el sonido que la muerte tiene en las tradiciones que se trabajarán.

¿Con cuales idiomas se canta en tu país? Por favor, cuentame.

El arte como Talismán

Durante el Renacimiento, varios artistas, como Sandro Botichelli, experimentaron con lo que se ha llamado arte talímánico. Básicamente, se define como una composición artística que incorpora, de manera consciente e intencionada, símbolos, ritos o mitos de tradiciones culturales especificas; con el fin de lograr un efecto particular en el público. Pretende mover energías concretas (psicológicas, sociales y trascendentes) para el crecimiento de las personas y el mejoramiento de la condiciones sociales. Es el caso del famoso cuadro La Primavera, que pretendía transmitir juventud, fertilidad y renovación. Se especula que Shakespeare mismo consideraba a su teatro, The Globe, como un microcosmos en el que se podía influir desde muchos planos en el otro gran globo: el mundo. Los artistas que modernamente han experimentado con estos conceptos se plantean un regreso a los orígenes del arte en general y del teatro en particular, como experiencia mística capaz de crear mitos que le den sentido a una existencia materialista, consumista y carente de significados profundos.

En el caso que nos ocupa, la obra de teatro busca transmitir tolerancia, espiritualidad y una comprensión del papel de la mujer en nuestro cosmos; tanto como elemento simbólico como grupo social oprimido. Al mismo tiempo, el texto se plantea como una búsqueda existencial en tanto reflexión sobre la vida y la muerte.

La muerte es una de las situaciones límites que nos llevan a buscar o construir un sentido a la existencia. Cada una de estas tradiciones aborda la muerte y la trascendencia de diferentes formas. Estudiar sus ritos mortuorios puede darnos pistas para renovar la visión que tenemos de nuestra propia mortalidad. Adentrarse en los ritos de muerte es volver sobre lo inevitable y lo inescrutable.

Los ritos funerarios se clasifican como ritos de pasaje , es decir, son actos sagrados que acompañan los cambios que las personas tienen a lo largo de su existencia. Entre otros se incluyen los ritos de nacimiento, de matrimonio, de entrada a la vida adulta y, por supuesto, de muerte. En el caso de las honras fúnebres, cumplen varias funciones: acompañan el alma del muerto en su viaje al inframundo, le ayudan a superar las pruebas y peligros que se encuentra en el camino, aseguran su inmortalidad o vida más allá de la tumba, elogian la memoria del difunto y sirven como consuelo a los dolientes.

La estructura de estos ritos funerarios es análoga a la estructura de la elegía; la que se entiende como un canto o composición lírica dedicada a llorar y exaltar al difunto. En prácticamente todas las épocas y todas las culturas hay productos artísticos y ritualistas elegíacos. Cómo ya señalamos anteriormente, la siguiente es la estructura ideal de las elegías funerarias, según Eduardo Camacho Guizado, estudioso español:

a)Presentación del acontecimiento. Anuncio de la muerte.
b)Lamentación. Llanto. Invitación, magnificación del llanto.
c)Panegírico. Elogio del difunto.
d)Consolación directa.

Está estructura, de la que hablé en una entrada anterior del blog, se puede extrapolar como estructura dramática; es decir, se puede utilizar para componer una obra de teatro. En el esquema propuesto, la introducción presentará la muerte como hecho cultural en general, cada una de las escenas corresponderá a una de las partes de la estructura elegíaca, mientras que el epílogo buscará integrar los aportes de las tres tradiciones. Se mezclaran las diferentes historias, en lugar de contarles completas en forma secuencial, para enfatizar cómo las tres forman parte de la herencia cultural costarricense. Más allá de nuestras diferencias, formamos parte de una misma experiencia humana que se conmueve frente a la muerte.

En rigor, está obra trata, sencillamente, sobre la muerte como hecho natural e inevitable. Cada tradición le imprime una forma estética distinta a la vivencia de la mortalidad. El reto del texto será lograr amalgamar estás formas artísticas, que se presentan como música, como iconografía y como literatura sagrada, en un texto dramático unitario y coherente.

Breve introducción a tres culturas

Costa Rica, como todos los países de latinoamérica, es un mosaico cultural. Y, como dolorosamente sucede en muchos otros de nuestros países, hay una cultura oficial que tiende a despreciar al resto de las manifestaciones de la vida nacional. De esta forma, se termina por mutilar la realidad, negando y ocultando amplios sectores de la población.

En Canciones para dejar de llorar voy a trabajar con tres culturas; que en sí mismas están llenas de matices y variaciones.

Esta es una pincelada sobre ellas.

Afrodescendientes. En la costa caribeña, al este del país, se concentra la población afrodescendiente de Costa Rica. Las raíces de estos grupos se remontan al golfo de Ghana, en África. Ahí, millones de personas fueron capturadas como esclavos por los ingleses y llevados a trabajar en sus colonias; incluyendo la actual Jamaica; donde establecieron una cultura propia; mezcla de sus tradiciones ancestrales y la cultura de los ingleses. De Jamaica fueron traídos a Costa Rica; en su mayoría como trabajadores remunerados y no, contrario a lo que muchos creen, como esclavos. Es cierto que en la época colonial había un número significativo de esclavos negros en nuestro país, pero eran menos que en otros lugares de América; dado que los colonos españoles contaban con los aborígenes, quienes tomaron el papel que la esclavitud negra desempeñó en otras latitudes. Por tanto, la mayoría de los pobladores afrodescendientes de Costa Rica llegaron como trabajadores para la construcción del ferrocarril y como peones en las plantaciones agrícolas, durante el siglo XIX y las primeras décadas del siglo XX. Junto con ellos, llegó un importante contingente de negros educados en instituciones inglesas: intelectuales, maestros, religiosos, doctores que enriquecieron la cultura local. Así, la negritud en Costa Rica tiene caracteristicas particulares que la convierten en una importante fuente, muchas veces menospreciada, de arte, cultura y conocimiento. En este universo cultural destaca la religiosidad, dominada por la denominaciones protestantes como la Bautista, la Adventista y la Anglicana. En ella, la música de los cantos espirituales, el inglés criollo, la estética y el fervor hablan de una mezcla que une a la tradición cristiana con ecos del pasado africano.

El pueblo bribrí. Está es una de las muchas etnias aborígenes costarricenses. Durante la colonia, este grupo fue diezmado grandemente; gracias al hambre, las enfermedades que trajeron los conquistadores consigo, la imposición de servidumbre y la persecución directa de la que fueron objeto. A pesar de ello, los bribrís se mantiene como la etnia indígena más numerosa de Costa Rica. La mayoría de los pueblos Bribrís sobreviven en la Cordillera de Talamanca, al sureste del país. Cuentan con su propia lengua y una cosmogonía únicas en el mundo. La religiosidad Bribrí, aunque fracturada e incompleta por el impacto que la conquista tuvo en ella, aún mantiene sus rituales, sus sacerdotes y sus prácticas. El universo para los Bribrís está construido como una gran casa cósmica. El mundo en que vivimos no sería más que un reflejo imperfecto de la casa espiritual, donde habitan los dioses y otros seres sobrenaturales. Su religión, tiene un fuerte acento en lo funerario y en las explicaciones de la vida después de la muerte; entendida como un retorno al mundo espiritual; es decir, el mundo verdadero dónde los colores son más brillantes, los sabores son más intensos, la vida es más que esta ilusión en la que vivimos. En conjunto, la religión Bribrí es un intento por describir como la interacción de estos dos mundos afectan a los seres humanos, imponiéndonos un código ético dónde los mayores pecados son la mezquindad y la falta de hospitalidad. Los habitantes de ambos planos miran la realidad de diferente manera; y en esta diferencia es dónde surgen los más importantes acontecimientos de la existencia.


Los sectores populares. El catolicismos es la religión dominante en Costa Rica. El poder que mantiene la Iglesia Católica, aún en nuestros días, es enorme. Sin embargo, no son las manifestaciones oficiales las que interesan en este proyecto. Al margen de los ritos sacerdotales principales, crecen y se mantienen ritos populares. Estos, aunque sean aceptados por la iglesia, no conforman el núcleo de las prácticas católicas, centradas en las ceremonias oficiadas por sacerdotes dentro de los templos. Por el contrario, los rezos de ánimas y los novenarios se realizaban tradicionalmente en el seno del hogar y son oficiados por parientes del muerto. Durante varios días, los amigos, familiares y otros miembros de la comunidad se unían para pedir por el perdón de los pecados del difunto. Está costumbre, que servía como consuelo para los deudos y ayudaba a reproducir y mantener los lazos sociales y comunales ha sido desplazada paulatinamente. Cada vez más se acostumbra dar una ofrenda económica a la iglesia para que el nombre del muerto sea mencionado, de forma genérica, en nueve misas; en lugar de rezar en casa por ese muerto en especial. En otros casos, el novenario simplemente se pasa por alto. Sin embargo, la tradición de los novenarios aún se mantiene., especialmente entre los pobres y desposeídos. En el ámbito rural y en los barrios pobres de las ciudades, dónde no hay recursos para pagar misas y en donde los valores tradicionales se mantienen, los novenarios sobreviven como una expresión fuerte y sincera de la fé del pueblo.


Las mujeres. En las tres tradiciones que constituyen el cuerpo central de este proyecto hay un elemento común: la mujer tiene un papel activo en la vida religiosa y espiritual de la comunidad. La corriente principal de la cultura costarricense no sólo tiende a ser católica y a darle prioridad a los descendientes de criollos; también es androcéntrica. El canon eclesiástico relega a la mujer, no permitiéndole oficiar misa ni encargarse de ninguno de los rituales principales. Esto, más allá de cualquier explicación de índole teológica o doctrinal, da como resultado que las mujeres tengan un papel de espectadores y no puedan asumir roles protagónicos. La mentalidad de discriminación de género ha penetrado en la mentalidad del grueso de la población, al menos en el Valle Central, donde no se considera común que las mujeres encabecen los rituales religiosos. En las tradiciones que nos interesan, esto es muy diferente. La religiosidad popular siempre tiene a las madres, las abuelas y las esposas como las encargadas de los ritos de vida y muerte. Ellas son las parteras, las que cuidan a los enfermos, las que preparan y visten a los muertos, las que mantienen los altares familiares y también son las “rezadoras” que entonan las oraciones y los cantos para la salvación de los muertos. Del mismo modo, en el mundo Bribrí, existen sacerdotisas que desempeñan roles muy importantes en los funerales. Sin ellas, la maquinaria religiosa no podría funcionar. Así mismo, la mujer negra es parte fundamental de los coros de cantos espirituales y puede ejercer como sacerdotisa oficial, como en el caso de la Iglesia Anglicana.


Así, las culturas que conformaran el tema de nuestra obra, nos enseñan un paradigma de vida diferente. La mujer, las etnias tradicionales, los afrodescendientes y los sectores populares son parte sustancial del ser costarricense. Darle el lugar que se merecen, es una de las tareas básicas a las que se debe avocar todo creador artístico que desee realizar aportes para mejorar nuestra sociedad.



Las intenciones de un dramaturgo

Cuando uno se sienta en la computadora y trata de escribir un texto (muchas veces con desesperación, frecuentemente ccon el tiempo en contra) hay intenciones, ocultas o explicítas, que sostienen y alimentan el trabajo.

Entre los objetivos que uno se plantea como creador y el resultado final hay, normalmente, una distancia. O sea, no siempre lo que uno cree que está diciendo es lo que los demás interpretan.

Esto, que es cierto para el novelista, el poeta o el periodista, es una realidad aún más evidente para el dramaturgo. Después de todo, una pieza teatral es un texto técnico, destinado a la representación; es decir, a la reinterpretación directa de terceras personas.

Aún así, e sun interesante ejercicio decir directamente cuales son las intenciones que se tienen a la hora de escribir un texto. Por lo menos, servirá para evaluar cuanta es la distancia entre los propósitos y los resultados finales.

En el caso de Canciones para dejar de llorar,

El objetivo central del proyecto es, repitámoslo, escribir una obra de teatro que trate sobre los ritos funerarios que son oficiados por mujeres, en tres diferentes tradiciones culturales y religiosas costarricensces: la católica, la del pueblo bribrí y la afrocaribeña. Ahora bien, se escogió este tema, sin duda amplio y ambicioso, buscando cumplir con varias metas que, de una u otra forma, han estado presentes en mis trabajos dramatúrgicos anteriores.

Al investigar sobre estás tradiciones religiosas populares, se está colaborando con el rescate de las mismas. Muchas de ellas se encuentran en peligro de desaparecer por la indiferencia o el franco desprecio de la corriente principal de la cultural nacional. Las manifestaciones marginadas o minoritarias solamente pueden sobrevivir si son capaces de sintetizar productos culturales que alcancen amplias capas de la sociedad. Los productos artísticos son especialmente útiles en esta labor de rescate y difusión, dado que son capaces de impactar en muchos niveles.

La sociedad costarricense ha estado polarizada hacia una sola corriente cultural: la que se desarrolla en el centro del país, en el llamado Valle Central; donde se encuentra la capital y los centros urbanos más importantes. Las poblaciones de las provincias periféricas han sido marginadas, tanto económica como culturalmente. Hay un conflicto latente y muchas veces manifiesto entre las cultura urbana, donde la población en su mayoría desciende o se identifica con los antepasados criollos (españoles nacidos en América) y la cultura rural y costeña; donde existen regiones con una población que es mayoritariamente descendiente de emigrantes afrodescendientes o pueblos aborígenes.

La aceptación e integración de la diversidad cultural costarricense es esencial para encarar el reto de crear una nueva identidad nacional, que nos permita avanzar por los desafíos de nuestro tiempo, teniendo la inclusión y la justicia social como valores centrales. Así, el teatro, considerado como una herramienta cultural poderosa, debe servir como un espejo que nos muestre nuestro verdadero ser: multiétnico y multicultural.

Sí cumplo a cabalidad mis intensiones o no, es un tema que veremos en los próximos meses...

La elegía como estructura base de la creación dramática

Para escribir la obra de teatro Canciones para dejar de llorar, estoy basñándome en la estructura elegíaca que reseña el estudioso español Camacho Guizado.
Dicha estructura es la siguiente:

1.Presentación del acontecimiento. Anuncio de la muerte.
2.Lamentación. Llanto. Invitación, magnificación del llanto.
3.Panegírico. Elogio del difunto.
4.Consolación directa.

Dado que se trabajarán las historias de tres diferentes tradiciones, las mismas se entrelazarán tomando como base la estructura de la elegía; tal y cómo se muestra en el siguiente esquema:

Introducción
Acto 1
Escena 1. Presentación del acontecimiento Historia A
Escena 2. Presentación del acontecimiento Historia B
Escena 3. Presentación del acontecimiento Historia C
Acto 2
Escena 4. Lamentación Historia A
Escena 5. Lamentación Historia B
Escena 6. Lamentación Historia C
Acto 3
Escena 7. Panegírico Historia A
Escena 8. Panegírico Historia B
Escena 9. Panegírico Historia C
Acto 4
Escena 10. Consolación Historia A
Escena 11. Consolación Historia B
Escena 12. Consolación Historia C
Epilogo.

Me gustaría, especialmente de parte de escritores y dramaturgos, que me hicieran comentarios sobre esta estructura en particular.

Reseña de la Asamblea Legislativa.

Así reseñó el portal de la Asamblea Legistavia la noticia sobre los ganadores de Iberescena.

Iberescena financiará 13 proyectos costarricenses

San José, 26 de noviembre de 2009. Costa Rica estrenó su ingreso al fondo Iberescena por medio de la asignación de recursos a 13 de los 15 proyectos postulantes. Así lo dio a conocer desde España, Lina Barrantes, directora del Teatro Popular Melico Salazar. En la cita le acompaña Jocelyn Rey, coordinadora de Proartes. Los proyectos recibirán, en su conjunto, un apoyo financiero de 122 400 euros, aproximadamente.

Por primera vez proyectos costarricenses concursan en este fondo. Para acceder a los beneficios de Iberescena, el Ministerio de Cultura y Juventud pagó 51 mil euros, a través de Proartes. Lina Barrantes enfatizó los beneficios significativos para el país, ya que se aportó “un 4% del total del fondo, y la recuperación es de un 17% de ese fondo”.

Sobre Iberescena (*)

El Fondo Iberoamericano de ayuda Iberescena nació en noviembre de 2006 sobre la base de las decisiones adoptadas por la Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno celebrada en Montevideo (Uruguay), relativas a la ejecución de un programa de fomento, intercambio e integración de la actividad de las artes escénicas iberoamericanas.

Por medio de las convocatorias anuales, Iberescena busca promover en los Estados miembros la creación de un espacio de integración de las Artes Escénicas y por medio de ayudas financieras.

Estados Miembro y Estructura

Actualmente el Fondo Iberescena está ratificado por ocho países que financian el programa: Argentina, Colombia, Chile, España, México, Perú, República Dominicana y Venezuela.

Iberescena está dirigido por el Consejo Intergubernamental IBERESCENA (CII), en cuyo seno cada Estado miembro designa una autoridad de las Artes Escénicas como su representante. Este Consejo define la política, las modalidades de obtención de la ayuda y toma las decisiones, en conformidad con las reglas enunciadas en el reglamento de Funcionamiento del Programa Iberescena. El Consejo Intergubernamental se reúne de forma ordinaria dos veces al año para decidir los proyectos a los que se apoya y la cuantía. Dentro de esta estructura, la Unidad Técnica de Iberescena (UTI) asume la responsabilidad de la ejecución y el funcionamiento del programa.

Los recursos económicos del Fondo provienen de las contribuciones de los Estados miembros del Fondo y de otros posibles recursos negociados por la Unidad Técnica Iberescena.

Programas

El Consejo Intergubernamental, teniendo en cuenta los medios financieros puestos a su disposición, decidió concentrar su actuación sobre los siguientes programas de ayuda:

- Circulación a través de Redes, Festivales y Espacios Escénicos.

- Coproducción de espectáculos entre empresas, grupos y compañías públicos y privados de los países firmantes del Fondo Iberescena.

- Apoyo a la autoría escénica iberoamericana.

- Formación, con especial énfasis en la producción y gestión de las Artes Escénicas.

- Difusión a través del PORTAL Iberescena.

(*) Información suministrada por Proartes.

Oficina de Prensa MCJ/Consecutivo 394 /MHB / 26 de noviembre de 2009

Los otros ganadores costarricenses de Iberescena

Estos son los otros ganadores costarricenses de ayuda del programa Iberescena:

Creación Dramatúrgica: La franja negra . Conflictos ser biológico/ser cultural. Edda Rodríguez.

Creación Coreográfica: STOP guión coreográfico. Propuesta colectiva en 8 escenas. Luis Alfredo Sierra

Creación Dramatúrgica: Rostros de la locura. Locura femenina: Ailyn Morera

Creación Dramatúrgica: Y.O Yolanda Oreamuno. Vida y obra de Yolanda Oreamuno, gran escritora costarricense. Dorelia Barahona

Creación Dramatúrgica: KO’E MBOYVE (antes de que amanezca). Representación de las historias y mitos de los grupos indígenas antes de la llegada de los españoles. Liliana Mouesca

Creación Coreográfica: Materia Breve. Obra basada en la vida de Francis Bacon. Humberto Canessa

Coproducción: Costa Rica-España. Odisea: Viaje exploratorio para el MTM. Obra de títeres basada en la Odisea de Homero. Anselmo Navarro.

Coproducción: Costa Rica- Venezuela-México ATROPOS. Secretos del alma del ser humano. María Elena Cerdas.

Coproducción: Costa Rica-Perú Imágenes imaginadas para imaginar Construcciones sociales de la cultura latinoamericana: miedo, sexualidad, etc. Rogelio López

Redes y Festivales : Fiesta de Cuenteros Festival de cuentacuentos. Leilani Dunsmuir

Redes y Festivales: Enraizarte. Festival juvenil. Marco Ibarra

Redes y Festivales: Arquitecturas escénicas. Edda Rodríguez